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La psicología es una ciencia y un método que estudia e interviene en el comportamiento humano individual. En tanto que es una ciencia, la psicología busca explicaciones a diferentes aspectos del funcionamiento mental del ser humano y su interacción con los demás, tales como el aprendizaje, la memoria, el lenguaje, la personalidad… Como método, utiliza procedimientos, técnicas y herramientas para diagnosticar, evaluar y ofrecer orientación o tratamiento a las personas de todas las edades.
La psiquiatría es una especialidad médica. Los psiquiatras se enfocan en el estudio de las bases biológicas del funcionamiento mental con tal de intervenir en situaciones de comportamiento anormal, normalmente con el uso de medicamentos.
La psicología, en cambio, estudia tanto el comportamiento problemático como aquel que se considera “normal” en los seres humanos. Su campo de acción es mucho más amplio ya que abarca aspectos cognitivos o intelectuales, emocionales, motivacionales, sociales y biológicos del comportamiento, de una mirada que no implica solamente el fomento de la salud. Nuestro trabajo puede estar ligado a un tratamiento psiquiátrico como complemento o ser independiente.
Un psicólogo/a es un/a profesional de la salud mental que ayuda a las personas a resolver problemas cognitivos, emocionales y/o conductuales. El objetivo es promover el bienestar de las personas.
La terapia es un proceso creativo y personal basado en una serie de técnicas terapéuticas que posibilita la mejoría del paciente a través del autoconocimiento y que permite así una mejor gestión de las dificultades cotidianas que pueden aparecer debido a problemas personales. Una terapia psicológica consiste en una relación de confianza entre paciente y terapeuta.
Un proceso terapéutico se inicia cuando los problemas que tiene una persona son desbordantes y se produce un malestar que le impide vivir su vida de la forma deseada. Las emociones consideradas “negativas” forman parte de la vida y es normal tenerlas aunque no resulten agradables. Son útiles y nos permiten realizar muchas funciones que, en su ausencia, sería imposible. Es normal estar triste, nervioso/a, enfadado/a o tener miedo a veces. Todos podemos sentir malestares (perder el empleo, muerte de un familiar, una separación o divorcio, cambio de vivienda …), pero cuando sentimos que se está llegando a un extremo, duran más de lo normal o incapacitan nuestra vida cotidiana causando gran malestar emocional, dificultan nuestra adaptación o impiden nuestro desarrollo, limitando nuestras capacidades, es cuando se hace necesario acudir a un/a psicólogo/a. Las personas deben pedir ayuda profesional cuando no se encuentran bien, cuando no entienden lo que les pasa o cuando, sabiéndolo, no podemos resolver el problema. La psicología clínica se dirige a la persona que sufre, a veces se realizan intervenciones sobre problemas complejos, pero también podemos ayudar en la toma de decisiones, proceso de separación, estrés y otras cuestiones alejadas de lo habitual.
La terapia es útil cuando quieres sentirte mejor. Las conversaciones con un/a psicólogo/a pueden ser necesarias cuando sientes que tus pensamientos, sentimientos o comportamiento son difíciles, cuando la vida da un giro indeseable o cuando has llegado a un punto en el que ya no puedes seguir de manera solo/a.
En realidad, no necesitas prepararte antes de ponerte en contacto con un psicólogo.
Sí, la terapia puede darte apoyo, reconocimiento, conocimientos, ideas y soluciones para tu vida cotidiana. La terapia puede ayudarte a encontrar la paz interior y a soportar mejor los sentimientos y situaciones difíciles. Puede ayudarte tanto si te encuentras en una crisis vital como si deseas cambiar dificultades que llevas arrastrando hace tiempo.
Si tu objetivo es cambiar tu forma de pensar, sentir o comportarte en la vida, hablar con un/a psicólogo/a es un buen punto de partida. La psicoterapia puede ayudarte a conocerte mejor. Puedes ver qué estrategias de afrontamiento estás utilizando en tu vida y posiblemente sustituirlas por otras que te funcionen mejor.
Porque no tienes por qué ser esclavo de tus pensamientos y sentimientos negativos. A menudo nos cuesta darnos cuenta de que nuestra forma de pensar y sentir es sólo una de las muchas maneras de ser. Pero mientras estemos solos con nuestros pensamientos y sentimientos, no entra nada "nuevo". Para adquirir una nueva perspectiva de nosotros mismos y de nuestra vida, normalmente necesitamos hablar con otra persona. Un/a psicólogo/a puede ayudarte a descubrir que hay muchas formas de pensar y sentir. Esto te dará más libertad en tu vida.
Es una pregunta importante. Tu quieres ayuda y con quién hables es muy importante. La respuesta corta es que debes sentir que soy la persona adecuada para tí. Un buen comienzo podría ser echar un vistazo a mi página web para hacerte una idea de si podemos encajar.
La aceptación, la autenticidad, los sentimientos, las creencias, las relaciones interpersonales y la autoestima son temas importantes en mis conversaciones. También me gusta hablar de temas existenciales.
Si crees que podemos encajar, el siguiente paso es que nos reunamos para una consulta inicial. Así tendrás la oportunidad de conocerme mejor y saber cómo puedo ayudarte. También te permite sentir si crees que tenemos la "química" necesaria para hablar de lo que te resulta difícil.
En la consulta inicial, lo principal es que nos conozcamos mejor. Me presento brevemente y me gustaría saber cuáles son los problemas o retos por los que buscas ayuda. También puedo preguntarte qué has hecho hasta ahora. Si no tienes experiencia con la terapia, también te cuento un poco. Si tienes mucho que contar, te dejaré hablar libremente. Si no estás seguro de lo que quieres hablar, te hago preguntas concretas.
Lo que me gusta especialmente, y lo que me gustaría subrayar: en psicoterapia no puedes equivocarte. Vienes tal como eres, no importa si estás triste, enfadado o ansioso, no importa si prefieres quedarte callado o quieres desahogarte. Todo gira en torno a ti y a que yo comprenda mejor tu personalidad.
Uno de los requisitos básicos para que la terapia tenga éxito, en mi opinión y experiencia, es que te sientas seguro, protegido y aceptado. Por eso, para mí lo fundamental es que puedas sentirte cómodo y aceptado.
Eso es una buena pregunta, pero también difícil. Después de la entrevista inicial necesitamos más tiempo para conocernos mejor. Hay buenas razones por las que te sientes, piensas y actúas tal como lo haces. Las experiencias vividas hasta ahora desempeñan un papel importante. Por eso es tan importante que conozca tus antecedentes para poder ayudarte bien.
Otra cuestión importante es la relación terapéutica, porque en la terapia se activan tus estrategias de afrontamiento y protección. Esto, a la vez, nos da la oportunidad de entender mejor por qué sientes que tienes problemas. ¿Quizás has desarrollado estrategias de protección que causan más problemas de los que son útiles? Cuando comprenda mejor cuál es el camino correcto para tí, podremos profundizar en esta comprensión o tratar otras áreas problemáticas.
La mayoría de los clientes perciben cuándo la terapia está llegando a su fin. Pero a menudo también les digo cuándo creo que tienen suficiente conocimiento de lo que está causando sus síntomas o de lo que los mantiene, y saben cómo seguir trabajando con sus retos por sí mismos. Algunos prefieren entonces que nos veamos con menos frecuencia para tener más tiempo de adquirir su propia experiencia entre una cita y otra.
Al mismo tiempo, las reuniones con intervalos de tiempo más largos pueden seguir siendo muy importantes para saber cómo te va y, si es necesario, seguir contando con mi apoyo para mantenerte en el buen camino.
Desgraciadamente, no puedo decir un número concreto de antemano. La duración de la terapia o el número de horas necesarias depende mucho de cuáles sean tus dolencias y cuál sea tu objetivo. Tu situación actual y tus posibilidades de mejorar los retos también desempeñan un papel importante, así como el grado de compromiso.
En mi opinión, se necesitan al menos de tres a cinco citas para entender las áreas problemáticas, lo que las desencadena y lo que las mantiene. Muchos clientes suelen sentir después de doce a veinticinco sesiones que han recibido la ayuda adecuada y no necesitan más terapia.
La duración de las sesiones suele ser de entre 45 – 60 minutos, aunque si las circunstancias así lo exigen, pueden llegar a ser más largos.
Al inicio, la frecuencia de las sesiones es semanal para poder empezar a trabajar de manera más intensiva para ver algunos cambios iniciales. Más adelante, una vez el proceso esté algo más consolidado es posible hacer sesiones quincenales o incluso mensuales dependiendo de los factores que influyen en la situación de cada persona.
Art. 39 del código deontológico: en el ejercicio de su profesión, el/la psicólogo/a mostrará un respeto escrupuloso del derecho del cliente a su propia intimidad. Únicamente recogerá información necesaria para el desarrollo de las herramientas para las cuales ha sido requerido, siempre con la autorización del cliente.
Art. 40 del código deontológico: toda la información que el/la psicólogo/a recoge en el ejercicio de su profesión, sean manifestaciones verbales expresadas por sus clientes, datos psicotécnicos u otras observaciones profesionales, están sujetas a un deber y derecho de secreto profesional del que sólo podrán ser eximidos por el consentimiento expreso de la persona. El/la psicólogo/a velará por que sus eventuales colaboraciones se atengan a estos criterios de secreto profesional.